miércoles, mayo 06, 2009

EL MEJOR FUTBOLISTA DE LOS OCHENTA


Ahora que todos estamos entusiasmados con el Barça y que ha renacido una nueva pasión por el fútbol, creo que es un buen momento para recordar la vieja historia de una gloria futbolera. Y es prácticamente verídica... Al principio de los años ochenta, los equipos vascos jugaban muy bien. El Bilbao y la Real Sociedad ganaban títulos y su juego era imitado por todos. Fue entonces cuando surgió como de la nada, el mejor jugador que ha pisado un estadio de fútbol europeo. Se trataba de Gorka Izaberri, un auténtico mago del balón. Posiblemente a la mayoría no os suene este nombre porque sólo jugó un año. Pero fue una temporada realmente brillante. Y después desapareció. Algunos lo llaman el Baudelaire del fútbol.


Gorka era un chavalín salido de un barrio obrero de Basauri. Su padre era alcohólico y maltratador pero su madre aún lo era más. Entre los dos le ponían fino... Y en la escuela, las cosas no le iban mucho mejor al pobre Gorka. Franco acababa de morir y los profesores temían que con la nueva Constitución estaría prohibido pegar a los niños Así que aprovechaban cualquier ocasión para apalizar a los alumnos. Recordad que no se les puede juzgar con los ojos de hoy en día...

Para Gorka la única vía de escape era el fútbol. Y para eso tenía un don natural. Estaba dotado de un talento que se da en una persona entre un millón. Y eso es mucho para un vasco... Pronto empezó a destacar y un antiguo jugador brasileño que se llamaba Roberto lo metió en la cantera del Bilbao. ¿O eso pasaba en Oliver y Benji? Da igual, el caso es que con los años, Gorka pulió su técnica y se convirtió en el delantero más prometedor de Euskadi, de Navarra y de parte del extranjero. Finalmente debutó en el Bilbao en la temporada del 83. Era el jugador más joven de la Liga pero su calidad arrollaba a cualquier defensa. Era mejor que Romario, Zidane y Messi juntos.


Por desgracia, tuvo la mala suerte de vivir en una época complicada. En Madrid estaba la Movida Madrileña donde lo normal era vestirse de mujer, chutarse la vena con heroína y escuchar música de calidad discutible. En Barcelona el ambiente no era mucho más sano con un Maradona que agotaba las existencias de cocaína de la ciudad. Los mismos compañeros vascos de Gorka Izaberri también habían caído en las garras del vicio y la decadencia. El portero dijo que se gastó su fortuna en alcohol, prostitutas y coches de lujo... y que el resto lo malgastó.

Pero Gorka era un auténtico chicarrón del Norte sin otros vicios que levantar piedras y partir troncos. Sus compañeros sentían envidia y le odiaban por eso. Su rendimiento, claro, era mucho más bajo porque tenían una vida nocturna muy intensa. Como Guti y Ronaldinho en una despedida de soltero.

A medida que la liga avanzaba y Gorka marcaba hat tricks en casi todos los partidos, sus compañeros del Bilbao querían hundirlo en la miseria. Pero no sabían como hacerlo porque era un muchacho muy sanote. Traían prostitutas a los vestuarios, le ponían droga en el Cola-cao pero nada daba resultado. Su voluntad era inamovible. ¿Sería un hombre superior al resto de los mortales? ¿Es posible que Gorka simbolizara a la raza superior vasca que tanto idealizó Sabino Arana?


Finalmente Gorka Izaberri cayó en desgracia por un motivo que nadie había imaginado. Un compañero que se duchaba a su lado se dio cuenta que Gorka tenía un pene bastante pequeño. En otras palabras, ridículo. Y un día lo comentó al entrenador de forma casual. Por cierto, creo recordar que Javier Clemente era el entrenador del Bilbao en ese año. No se sabe qué pasó pero al día siguiente, todos los periódicos deportivos del país le pusieron el mote de Gorka “Kolita Korta”. El siguiente partido fue en Mestalla, contra el Valencia. Como todo el mundo sabe, es un campo desagradable, poblado de gente cruel y todos se mofaron de Gorka y su “pequeño amiguito”. Ese día, el joven crack de Basauri no metió ningún gol. De hecho, ya nunca más volvió a marcar. A partir de entonces Gorka se hundió en una terrible depresión. El Bilbao acabó perdiendo la Liga en la última jornada y Gorka abandonó el mundo del fútbol y se refugió en una botella de alcohol. La versión oficial es que murió de cirrosis el año de las Olimpiadas pero otros afirman que lo han visto en tugurios de mala muerte y que si le invitas a una copa te cuenta su historia.



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