LA IRRESISTIBLE ATRACCIÓN DE INDIANA JONES
Hoy es el estreno mundial de la última película del mítico arqueólogo Indiana Jones. ¿Nerviosos? Yo sí. Me da miedo que este Indiana Jones IV del siglo XXI y con un Harrison Ford de 65 tacos sea un fiasco que nada tenga que ver con la triología anterior. Me da escalofríos imaginar que esta nueva vuelca de tuerca sea tan decepcionante como la última triologia de Star Wars. Que salga del cine desencantado, pensando que unos efectos especiales impresionantes e informatizados hayan matado la esencia del producto original.
Quizás porque me gusta jugar a aprendiz de brujo o porque desde que adiviné la victoria de Francia en el Mundial del 98 creo que tengo poderes sobrenaturales, me atreveré a dar una predicción: Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal molará. Y molará mazo.
No la he visto pero por lo que sé conserva bastante bien el espíritu original. Quiero decir, mejor un Harrison Ford viejuno y haciendo chistes que ya no tiene edad para esto que un jovenzulo arrogante y sin carisma que no conoce nadie y que se pasa la peli haciendo morritos y viviendo una historia de amor arquetípica. ¡No! Las mujeres de Indiana Jones son alcohólicas, rubias tontas o nazis (en este orden). Y puede que no me guste demasiado que salga un hijo que va de James Dean pero la mala malísima promete mucho. Catte Blanchett de dominatrix stalinista debe ser algo digno de verse.
Indiana Jones siempre tuvo algo que atrajo a todo el mundo, sea de la generación que sea. Quizás por su inspiración en los seriales de los años 30 de aventuras o por su combinación perfecta de acción, humor, aventuras y su toque macabro. Quizás sean sus secundarios de lujo (Bellocq, el nazi que parece Himmler, Tapón, Sallah, Marcus Brody y por encima de todos ellos Sean Connery). También nos gusta esos años turbulentos y las conspiraciones nazis. ¿O será por los mitos bíblicos? Seguro que unos guiones perfectamente estructurados y dinámicos y unos diálogos magistrales tiene mucho que ver.... Pero la verdad es que no lo sé exactamente. Debe ser una combinación de todo esto y miles de otras cosas pero prefiero no preguntarme cual es el truco. Como en la magia queremos ser engañados por los trucos. Quiero sentarme y disfrutar como un niño ante lo mejorcito del cine de entretenimiento de los años 80.
Para mí Indiana Jones y la última cruzada es, sin ninguna duda, la mejor y más perfecta película de aventuras jamás rodada. Los nostálgicos de Errol Flynn, Douglas Fairbanks Jr ya pueden decir misa, Indiana Jones 3 representa la culminación de la aventura en estado puro. Lo tiene todo y su acción es trepidante pero equilibrada, la relación de Indy con su padre iguala (sino supera) el estilo de comedia de los años 30... ¡y aparece Hitler para firmar autografos cuando todo indicaba que era el fin de Indy! ¿Que más se puede pedir? Yo nada más. Y por eso tengo un poster de esta película en mi habitación.
Así que ya sé que esta película no igualará a la anterior y que posiblemente el final de Petra con Indiana Jones y su padre camino a la inmortalidad (seguidme, conozco el camino...) era perfecto. Incluso es posible que esta nueva peli sea un pastiche de escenas de aventuras que ya hemos visto y que no se arriesguen mucho. Aún así todos los fans del mundo de Indiana Jones queríamos más. Y esperar casi veinte años para la secuela es mejor que esperarla eternamente. Sólo queremos olvidarnos de todo y acomodarnos en un cine y que aún nos llegue cierta magia de antaño cuando parecía que la indústria del cine era diferente de la de ahora. Queremos sentirnos como críos y emocionarnos con el doctor Jones blandiendo el latigo y pegando a nazis o sovieticos o lo que sea. Y queremos, con esa obsesión tan infantil, repetir y repetir la película hasta que se desgaste (aunque misteriosamente eso no ocurre nunca). Por eso profetizo que esta peli molará mazo. No nos queda otra opción.
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