martes, diciembre 23, 2008

CAMPANA SOBRE CAMPANA

“Siempre he odiado la Navidad, doctor. Y no estoy exagerando. No soy como todos esos meapilas que dicen odiar la Navidad pero que en verdad quieren criticar los excesos consumistas, las comilonas incesantes, los reencuentros con familiares pesados… A mí eso me la trae al fresco. En mi caso el uso del verbo odiar no es exagerado. No es una manera de hablar. Me dan auténticas arcadas, ¿sabe?”


“Creo que sería interesante que habláramos de su infancia… ¿Tuvo alguna mala experiencia relacionada con la Navidad?”


“Le podría hacer una lista… Mis padres se pasaban el día discutiendo y nunca me regalaron lo que quería. Si pedía a los Reyes un camión de juguete me regalaban carbón. Y si pedía un scalextric me regalaban carbón… Un año me di por vencido y escribí a los Reyes que quería carbón directamente. Ese año tuve una bicicleta…”


“Es la historia más desoladora que he escuchado en mi vida. No me extraña que esté usted loco de atar…”


“Pues acabo de empezar, doctor… Mis padres se divorciaron precisamente en estas fiestas. Fue una ruptura muy teatral, muy exagerada. Con muchos gritos e insultos por ambas partes. Armas blancas, ráfagas de disparos, olor a pólvora… Bueno, lo típico.”


“Yo sé mejor que nadie lo que es un divorcio complicado…”


“Ah, ¿está usted divorciado, doctor?”


“No, pero lo he visto en la tele… Continúe, por favor. Es realmente interesante…”


“Cuando era pequeño mi padre me obligó a ir a la cabalgada de Reyes y fue un desastre. Era un invierno especialmente frío y yo tenía la gripe. Mi padre disfrutaba como un niño con todas esas monsergas y se peleaba con los otros padres por los caramelos que tiraban los pajes. Recuerdo que estuvimos recogiendo chucherías del suelo hasta la madrugada. Después me pasé cinco meses guardando cama… Las navidades siguientes tampoco fueron mejores. Las luces de Navidad provocaron un cortocircuito que incendió el árbol de Navidad. Yo tuve graves quemaduras concentradas principalmente en la zona testicular. No quiero entrar en detalles...”


“Al contrario. ¡Me encantan las historias morbosas! ¿Por qué cree que me hice psiquiatra?”


“Básicamente todas las navidades de mi vida han sido un desastre…”


“Y todo esto culminó ayer cuando descubrió a su mujer montándoselo con un tipo que iba de Papa Noel, ¿no es cierto?”


“Correcto. Y en la habitación también había unos cuantos hombres disfrazados de elfos saltarines.”


“¿Y no estaban los tres Reyes Magos?”


“Bueno, sólo dos… Mi mujer es algo racista y Baltasar esperaba en la puerta”.


“Creo que ya entiendo los motivos de su odio visceral a las fiestas navideñas. De todos modos esto no justifica lo que ha hecho… Es usted un ser retorcido y monstruoso. ¡No conozco a nadie tan desequilibrado como para hacer algo así!”


“No me juzgue, doctor. ¡En mi pellejo cualquiera hubiera hecho lo mismo! Después de todo esto me resultaba insoportable la idea que me hubieran tocado tres millones de euros en el Gordo. Es como si el espíritu navideño me devolviera todo lo que me ha quitado…”


“¿Y por eso rompió el boleto?”


“Prefiero seguir odiando la Navidad como he hecho toda mi vida que ser millonario.”


“¡Está usted loco!”


“Tan sólo soy coherente…”





US DESITJO BON NADAL!!!


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