jueves, mayo 17, 2007

SALVA LA ANIMADORA, SALVA AL MUNDO

No suele darme por las series de televisión. Y menos por las que dan por la tele, digamos de viva actualidad... Soy más de películas… aunque es cierto que me han encantado series como La dimensió desconeguda, els Joves, l’Escurçó Negre o Yo Claudio… No guardan mucha relación entre si, excepto que ya son clásicos y que la gente no habla de ellas por la calle. ¡Y ahora resulta que me he aficionado (enganchado) a una del 2006 y que está teniendo un éxito rotundo en todo el mundo!

Me refiero, por supuesto, a Héroes, una auténtica maravilla en todos los sentidos. Y eso que al principio no me llamaba mucho. Un grupo de superhéroes con poderes de toda la vida… Pero los dos capítulos que vi en TV3 me gustaron (y son los más flojos de todos…). Me picó el gusanillo, vamos. Me descargué todo lo que encontré en el Emule… ¡Y ahora quiero más! Me estoy planteando bajar todos los capítulos en VOSE aunque sé que no los disfrutaré tanto.


¿Cuáles son los puntos fuertes de Héroes? Intentaré no alargarme…. En primer lugar han cogido un tema muy recurrente y muy yankee: el de los superhéroes. Pero al contrario que la mayoría de pelis y series de superhéroes (que no son precisamente excelentes), aquí le han dado una vuelta de tuerca. Los personajes tienen superpoderes pero son muy humanos, no siempre aceptan su don e incluso se avergüenzan como Claire, la animadora, que tiene miedo de ser una friki. En fin, que está todo muy bien tratado, muy elegante. Un ejemplo. En una serie normal de superhéroes, en el capítulo 3 ya se hubieran reunido todos los héroes, hubieran volado por la ciudad saludando a los niños o presumido de su fuerza ante las cámaras de la tele… Antifaz opcional, claro… Y en el 5 le hubieran pateado en el culo a Sylar.


Aquí, en cambio, el guión es como un buen guiso a fuego lento (¡aunque nos llegamos a impacientar!), encaja milimétricamente y nos capta la atención fácilmente. Por supuesto, cada episodio acaba con un punto culminante, un giro muy potente que nos da un poco de información y nos obliga a ver el siguiente capítulo. El mejor de todos fue aquel de “Salva la animadora, salva al mundo…” que nos dejó a todos flipados. ¡Tiene mucha fuerza!

La gran variedad de personajes bien definidos y con personalidad permite que cada espectador simpatice con alguno. Para mí, y creo que para la mayoría, destacan especialmente la animadora y Hiro, el japo frikazo. ¡Son tan encantadores! Seguro que si vendieran peluches suyos se agotarían a los dos días… La trama de la familia de Niki y D.L, en cambio, no me atrae mucho. Más que nada porque van a su bola y no se cruzan con otros personajes.


Otra cosa que me encanta de la serie es utilizar el viejo recurso del individuo normal e incluso vulgar que de repente descubre que tiene algo que le hace destacar del resto de ciudadanos. No es algo nuevo pero es también muy efectivo. En una sociedad como la nuestra, tan impersonal, gris, falsamente igualitaria… rodeados como estamos en la calle por masas anónimas que nos disuelven y anulan como individuos, nos gustaría sentirnos un poco más especiales. Eso explica, en mayor o menor medida, el éxito de pelis como Karate Kid, Star Wars o el Señor de los Anillos. Los protagonistas son chavales vulgares que viven en ambientes aburridos y tranquilos, sin destacar en nada en particular. De repente reciben una visita o algo que les hace especial, normalmente un viejo sabio que permite aflorar sus cualidades especiales y vivir grandes aventuras. Y se convierten en héroes, por encima de la masa mediocre y aburrida. Eso es algo… un truco… que atrae a muchos espectadores aburridos por la rutina del mundo occidental y les hace soñar en perspectivas más emocionantes.

Y yo el primero, la verdad.

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