VERANO MARRANO (ji, ji, las dos riman con ano…)
Pues hacía tiempo que no escribía en el blog… La verdad es que no encontraba tiempo, ni ganas ni tampoco nada demasiado interesante que escribir. Mi rutina durante diez días seguidos trabajando seria algo así como “me levanto a las cinco de la mañana, voy zombi al trabajo hasta que me preparo un café horroroso. Paso ocho horas de aburrimiento y calor y vuelvo a casa sudado y hambriento”. El tiempo libre de que disponía por la tarda se esfumaba entre un estado soñoliento y quedar con alguien para ir a la playa, por ejemplo. Y por la noche me ponía a ver una peli que nunca acababa porque me quedaba dormido a la mitad. ¡Y al día siguiente más de lo mismo! Reconozco que estas cosas te cambian un poco el carácter así que pido perdón de entrada por si últimamente he sido un poco borde o desconsiderado con alguien. Cuando vuelva a dormir mis ocho horas diarias seré de nuevo la persona maravillosa y encantadora que todos conocemos.
La buena noticia es que la semana que viene acabo el curro… Y después fiesta, drogas, mujeres, cachondeo… O al menos eso quiero pensar. Hay tantas cosas que quiero hacer para compensar un verano, por el momento, triste y anodino. Un viaje estaría bien, no digo que no. Aunque la verdad es que no sé muy bien en que disparatado proyecto quiero invertir la pasta que he ganado. Puedo operarme la vista (estoy más que harto de lentillas y gafas) o sacarme el carnet de conducir (que ya va siendo hora) o comprarme un ordenador que no se reinicie cuando él quiera (¡sí, me sigue pasando!). Tendré que escoger porque a veces no se puede tener todo. Acepto sugerencias.
Después de horas de profunda meditación, la moraleja que extraigo es que la ventaja de eso de trabajar es que ganas dinero. No está mal. Suele pasar que si el trabajo es muy duro se cobre mejor que si es una tontá a media jornada… Aunque se debe tener en cuenta la variable que si es algo que lo puede hacer todo el mundo está peor pagado que algo que pida algún tipo de preparación.
Pero lo más importante es que hay trabajos, fuera de tu alcance o el mío, que cobras una millonada. Que no haces prácticamente nada y que, además, ya puedes cagarla todo lo que quieras que tu puesto de trabajo no peligrará lo más mínimo. Ah, y además puedes reírte en la puta cara (con perdón) de quien te paga el sueldo. ¿Qué cómo se llama esta bicoca? Esta claro que hablo de futbolistas y ministras de Fomento.
Etiquetas: Humor d'allò més divertit, vivències traumàtiques (o delicioses)