ODA A LOS ADOLESCENTES DEL MUNDO

Desde aquí me propongo hacer un homenaje a la que es la etapa más dulce del ser humano: la adolescencia. ¿Alguien lo duda? Todos hemos sido algún día adolescentes, normalmente entre los trece y los diecisiete años (aunque a algunos les dura hasta los treinta). Estos simpáticos mamiferos se caracterizan por su extremada simpatia y buen humor y por su corrección extrema con sus seres más próximos. Basta con estudiar discretamente a un grupo de ellos por la calle. Suelen estar rodeando una moto tuneada y ruidosa o, en su defecto, a una adolescente de pechos llamativos. Se comunican con sonidos guturales que recuerdan en ciertas ocasiones al lenguaje humano. Según nuestros expertos, las palabras que más se repiten son “tío”, “porro”, “moto” y “me enrrollé con ella el domingo....”. Otros entendidos en el tema aseguran que estas son las únicas frases que conocen y que no hay que pedirle peras al olmo.

Sus características físicas son la envidia de cualquier ser humano. Su rostro se cubre de atractivo acne y les empieza a salir vello encima de los labios, que ellos se resisten a afeitar. Suelen agujerearse las orejas, la lengua, los labios, la nariz e incluso el prepucio con coloridos piercings que realzan su belleza. Puesto que su cuerpo experimenta grandes cambios muchas veces presentan divertidas desproporciones y hay casos con los hombros grotescamente anchos o cabezas desproporcionadas o brazos kilometricos. Todo ello sabiamente aliñado con pantalones caídos hasta las rodillas y dos tipos de peinados. Ni uno más ni uno menos. El estilo “cuernecitos engominados” (antes cenicero) para gente de barrio y en el caso de los más intelectuales, largo hasta tapar los ojos al estilo emo.

Muchos de estos simpáticos vertebrados creen estar tocados por un don divino y emulando a los profetas antiguos no paran de repetir “nadie me entiende” o “la vida es una mierda”. Es una epoca de dudas e incertidumbres en el terreno emocional (eso les da carisma y desparpajo) pero a la vez una gran seguridad en ellos mismos y suelen creerse poseedores de la verdad absoluta. No suelen admitir consejos u opiniones de alguien que no sea un adolescente.

Su habilidad tecnológica suele ser impresionante, especialmente en el terreno del Messenger, los fotologs (todos ellos de un gusto exquisito) y los videojuegos. Por desgracia cualquier aspecto cultural que no esté relacionado con los temas anteriormente citados, será ignorado alegremente por ellos y considerado “chorradas inútiles”.

Esta etapa de la vida tan dulce y llena de buenos recuerdos se rompe repentinamente cuando el individuo alcanza la edad adulta. Normalmente está relacionada con aspectos como empezar a trabajar, tener las primeras experiencias sexuales o tomar responsabilidades. A partir de aquí, el sujeto se convierte en un despreciable adulto.

Cada día en el mundo agonizan centenares de adolescentes que renacen convertidos en adultos. Dicen que cada vez que se cierra un Mc Donalds un adolescente se muere en el mundo.

Expertos en el tema aseguran que si no se para esta tendencia, en el 2017 desapareceran todos los adolescentes del planeta. Los pronosticos más optimistas apuntan que los últimos ejemplares sobrevivirán en zoos de las grandes ciudades aunque será imposible encontrarlos fuera de habitats protegidos.

Hay seres demasiado bellos para este mundo que no encajan en una sociedad materialista y corrompida. Como los pandas, los dodos o los pokemons. Bueno, y los adolescentes, claro.