viernes, septiembre 14, 2007

ALMERIA ES CALIDAD DE VIDA

No direction home... Like a complelty unknow...


Se equivocaban aquellos que creían que mi viaje en coche hasta Almería acabaría en un accidente destinado a engrosar la cifra de muertos en carretera. El motivo es que yo no conducía… ¿Qué puedo decir de mi estancia en Almería? Pues que muy bien, muy intenso. Se trataba de combinar todo tipo de actividades, desde ir a playas maravillosas hasta salir por ahí o hacer batallas titánicas al Risk y al Street Fighter. Al final lo que se resentía era el sueño…


Fui a visitar a mi amigo más antiguo y más skin. Ahora vive en el Sur donde parece que le tratan bien. Yo nunca había estado en Andalucía y sólo conocía cuatro tópicos. Divertidos, por supuesto, pero no por ello necesariamente auténticos. Como cuando en un bar de Murcia todo el mundo estalló en aplausos por la llegada de un cincuentón. Para mí se trataba del cacique de la región que venía a entregar unas peseticas a sus currantes para tenerlos contentos y posiblemente votaran por él. A mis amigos les hizo mucha gracia aunque lo normal hubiera sido pensar otra cosa, como que se le casaba una hija o algo así. Es curioso, todos vemos la misma realidad pero cada uno da su propia versión…


La calidad de vida de Almería consiste, básicamente, en que ahí se come y se bebe muy bien. Y muy barato. El tópico de que por una caña te daban una tapa no sólo era cierto sino que se quedaba corto. Las caras risueñas y regordetas de la mayoría de los almerienses confirman la idea de que se vive bien.


En las mismas puertas de la ciudad se encuentra el desierto de Tabernas donde se han rodado todo tipo de películas maravillosas: desde Spaghetti westerns de Clint Eastwood y Sergio Leone hasta Patton, Cleopatra o Lawrence de Arabia. Es un desierto extenso y limpio, de los que a principios del siglo XX atraían a los viajeros ingleses o de los que servían de paisaje interminable a las luchas entre indios y vaqueros. Y un poco más lejos está el Cabo de Gata, un paisaje de sueño donde se rodaron muchas escenas de Indiana Jones 3. Tiene la misma belleza extraña de un paisaje lunar con rocas erosionadas por un viento que lo arrolla todo y un mar muy salado y atiborrado de peces. Fue ahí donde vimos con ojos asombrados como una patera desembarcaba en la costa y sus ocupantes africanos saltaban (literalmente) por nuestras mochilas y toallas. Es ese tipo de cosas que sabemos que existen pero que no nos acabamos de asimilar hasta que las vemos. Los marroquíes dejaron su cayuco antes de tocar tierra, con la misma desesperación (imagino) que la de los colonos emigraban de la Vieja Europa para iniciar una nueva vida en América.


¿Más cosas? La canción de Like a Rolling Stones de Bob Dylan interpretada de forma paródica y fumados o mi invención de un deporte parecido al béisbol pero con muletas. Estoy seguro que triunfaría en medio mundo. Espero que alguien cuelgue pronto el video en Youtube…

No me alargo más. Hace dos días que no salgo de casa. Me paso el día estornudando y tosiendo y aún tengo la vista nublada por la fiebre. No lo acabo de entender pero he vuelto de mi viaje al desierto (en verano) con un fuerte resfriado.


Estas cosas no le pasan ni al padre de Indiana Jones…

Etiquetas: , ,


Parador