jueves, septiembre 25, 2008

ES EL CICLO DE LA VIDA, SIMBA...

Seguramente no existe nada en el mundo más perfecto y equilibrado que la naturaleza. Cuanto más la analizamos, más nos sorprende lo bien que funciona todo. Desde el vuelo de los pájaros hasta la adaptación de las especies a infinidad de habitats diferentes. En la naturaleza predomina el verde y el azul que son los colores más relajantes y que propician que la vida en la tierra sea más cómoda. El rojo, en cambio, es un color agresivo y que excita y mira tú por donde es el color de la sangre. Los animales carnívoros ven sangre y se ponen como motos... Eso es un punto a su favor en la lucha por la supervivencia.


Todo fluye y se transforma pero se supone que existen formas de vida en nuestro planeta desde hace unos 4000 millones de años (millón arriba, millón abajo...). Algunas formas de vida se transforman y siguen aquí después de millones de años y otras se han extinguido. Pero hasta ahora no hay un “auténtico” rey de la naturaleza. Ninguna especie es tan superior a la otra que pueda vivir de rentas, sobrevivir sin esfuerzo o ser mucho más fuerte que las otras. Y evidentemente, ninguna especie es inmortal.

Parece que hay un equilibrio natural, que cuando los seres humanos no modificamos, es bastante perfecto. Los desperdicios (véase, la mierda) no son un problema sino que se transforman en abono que ayuda a crecer las plantas, que a la vez alimentan a esos mismos animales que se pasan el día defecando y comiendo hierba. En cambio, nuestros desperdicios y residuos son un problema que no sabemos muy bien como resolver. ¿Acabaremos tirando cohetes al espacio llenos de residuos? ¿Aprenderemos a reciclarlos todos? ¿Los seguiremos amontando en lugares hasta que no quede sitio en la tierra? La naturaleza tiene una manera de resolver los conflictos mucho más viable y perfecta que la nuestra. Pero no es buena ni mala. Un lobo no ayudará a sobrevivir a un cachorro de otra especie (a pesar de lo que digan las leyendas...) pero tampoco matarán sin necesidad. El orden natural es totalmente amoral y seguramente casual.


Los dinosaurios se extinguieron por un “agente externo” como un meteorito. Fue una casualidad que quizás privó a estos bichos de evolucionar durante millones de años, hacerse más inteligentes y que hoy hubiera una “civilización dinosauria”. ¡Uy, que friki es plantearse estas cosas...! Si esto nos pasara a nosotros y no estuviera Bruce Willis para salvarnos... la gente diría que se debe a un motivo, como un castigo de Dios o algo así. No aceptarían que no hay ningún plan establecido y que sólo se debe al azar que hace y deshace sin seguir ninguna regla.


Es curioso que en la naturaleza sea imposible encontrar una línea totalmente recta o una redonda perfecta. Nuestras representaciones humanas más perfectas en el mundo de las matemáticas o el dibujo no se encuentran en la naturaleza. Son artificiales. Por eso, la naturaleza, la única cosa que estamos seguros que es perfecta y equilibrada contradice nuestra visión abstracta de la perfección. Supongo que eso nos convierte en aun más imperfectos...



¿Crees que estas imágenes son una blasfemia? ¿Te ofenden? ¿O quizás te han revelado una nueva Verdad? En todo caso, son impactantes...






El científico no estudia la naturaleza porque es útil, sino porque le cautiva, y le cautiva porque es bella.

Si la naturaleza no fuera hermosa, no valdría la pena conocerla, y si no valiera la pena conocerla, tampoco valdría la pena vivir. Por supuesto, no me refiero aquí a la belleza que estimula los sentidos, la de las cualidades y las apariencias; no es que la desdeñe, en absoluto, sino que ésta nada tiene que hacer con la ciencia. Me refiero a la belleza más profunda, la que procede del orden armonioso de las partes y que puede captar una inteligencia pura.


Jules Henri Poincaré (1854-1912), matemático francés y aficionado al can-can.



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