miércoles, junio 20, 2007

EL EQUILIBRIO ES IMPOSIBLE

Cuando no sé que título poner me dedicó a plagiar las canciones de los Piratas con nocturnidad y alevosía. Aunque el título no es del todo gratuito. Siempre he creído en una especie de equilibrio, niveles de azar, orden dentro del caos… No sé, llámale ying-yang, llámale X. No se trata de una concepción cristiana de “quien la hace la paga” (aunque muchas veces pasa), sino de una especie de regla matemática que compensa desordenes palpables. Y es que tiene lógica que una persona que goza de mucho éxito en el juego, sea un pringado en el amor… ¡No se puede tener todo en esta vida!

Tampoco ha habido nunca un solo país o imperio que llegara a dominar el mundo, ni siquiera Roma o Estados Unidos. El mundo no ha sido nunca tan unipolar como la gente suele creer. Y sólo hace falta echar un pequeño vistazo a la naturaleza para comprender lo increíblemente equilibrado y consecuente que es todo y como hay cosas que están conectadas sin ninguna razón aparente pero que permite que todo siga funcionando. Nos quedó claro con el Rey León, ¿verdad? Y si lo pensamos el ser humano es sin duda el elemento más desestabilizador y peligroso para el planeta que ha habido nunca.


¿A que viene todo este rollo disfrazado de ecologismo New Age y karma hippilondio? Nada. Son reflexiones que a uno se le ocurren en el metro a las 5 y pico de la mañana. ¿Cuándo vuelves borracho de una fiesta loca? ¡En absoluto! Cuando vas a trabajar cabizbajo y enfurruñado. Pues sí. Por si no lo sabíais, he empezado a trabajar en verano y el horario es matador. De seis de la mañana a dos de la tarde. Exacto, me levanto cada día a las cuatro y media. No sabía que existiera una hora tan malvada…

La ironía y todo este desparpajo del equilibrio resultan obvios para alguien que me conozca. Me he pasado tres meses sin currar, hecho un haragán, viendo la tele y tomándome la vida con muuucha calma. Digamos que en mi dicharachera holgazanería, lo más duro era leer en el periódico que el euro perdía valor en el mercado.

Y ahora, de golpe y porrazo, he de pasarme el verano sudando en un parking y levantándome a horas tan indecentes… ¿Pero que pasa aquí? – gritó por dentro cada día en el metro-. ¿Es que el equilibrio se ha ido definitivamente a la mierda?


¿Para cuando un currito normal donde me pueda levantar a las siete como las personas de bien? Aunque si fuera religioso pensaría que ahora estoy pasando una penitencia, una especie de travesía por el desierto después de haber adorado unos ídolos falsos llamados sofá, internet y televisión…



P.D: He fet això en castellà perquè em moria de ganes d’escriure paraules tant belles com “haragán” o “dicharachera holgazanería”. Són meravelloses, oi? I ja de pas faig una crida als filòlegs catalans: si us plau, busqueu un sinònim més divertit (i més ofensiu) per mandrós. Així tots podríem anomenar a certs cunyats amb moltes penques i a un servidor, ja de pas.

Atentament.

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